miércoles, 11 de abril de 2012

Compartir información y conocimiento se ha convertido en un delito en Colombia



Ayer, en silencio, a espaldas a la ciudadanía,  sin  discusión, a toda prisa y a  pupitrazo limpio,  como cuando se permite algo que se sabe que es indebido, que lo hace culpable de algo,  se aprobó el proyecto de ley 201 de 2012 que convierte en delito penal el compartir información y conocimiento por internet y otros medios electrónicos.

Quien lo haga irá a  la cárcel hasta por 8 años, lo que supone un freno a los avances tecnológicos de la modernidad.

Por ejemplo, si alguien compra un libro electrónico en Amazón, y reenvía su contenido al correo electrónico de  a su mamá, se expondrá a una pena de hasta 8 años de cárcel cuando la multinacional se entere del crimen que se ha cometido y decida denunciarlo.

El crecimiento y desarrollo económico depende de la gestión de la información, del acceso que la sociedad tenga a ella, y Colombia ha penalizado dicho acceso por cualquier medio.
En adelante, habrá que pagar lo que las multinacionales decidan por una información cualquiera, y si esa información no está disponible para la venta en nuestro país, nos quedaremos sin ella, pues si  la conseguimos de otra forma terminaremos en la cárcel.

El hecho de comprar un libro y no poderlo compartir con un familiar o amigo, es aterrador, y demuestra el grado de sumisión de nuestros gobernantes y legisladores frente a los intereses económicos foráneos.

Por supuesto que los derechos de autor se deben respetar, pero no a un nivel que impide que la sociedad acceda al necesario conocimiento que requiere para crecer y desarrollarse.

Internet es una maravillosa herramienta que ha puesto a disposición de todo el mundo información que antes era de exclusivo acceso para unos pocos privilegiados,  pero nuestro gobierno ha hecho un gran esfuerzo para convertir esta herramienta en algo inútil que puede llevar a la cárcel a quien se descargue un libro, una cancón o un video, así no se lucre con ello, así lo haya hecho para enseñárselo a su hijo, como el ciudadano que terminó en la cárcel en estados unidos por gravar un video de cumpleaños en el que escuchaba de fondo una canción de sony music, pues ese ignorante ciudadano no sabía que había primero que comprar los derechos de esa canción. Cosas como esas nos vienen pierda arriba; no en vano todo fue aprobado a espaldas de la ciudadanía. Nada que se haga en secreto puede tener buenas intenciones.

Fuente: gerencie.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario